Ministerios Elohim

El Discipulado y el Discipulador

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EL DISCIPULADOR

 

Siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo, de quien todo el cuerpo (estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen), conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro,, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor.

 

EFESIOS 4:15-16

 

INTRODUCCIÓN

 

Nuestro Señor  Jesucristo, al llamar a sus discípulos no les escogió por sus meritos, sino porque le fluyo en su soberanía hacerlo, sabiendo que en ellos formaría su  carácter. Esta formación fue posible gracias a las virtudes que le caracterizaban, logrando de esta manera entablar una perfecta relación entre discípulo y maestro.

Cuando el Señor toma la decisión de mandarlos a discipular es porque primero ya los había discipulado.

Un discipulador debe de tener:

 

          I.    DEFINICIÓN DE RELACIONES HUMANAS

 

Relaciones humanas es el arte de tratar a las personas, llevarse bien con otros semejantes. Para que sea posible una buena relación con los demás, es importante reconocer que nosotros no somos perfectos, solo así no demandaremos perfección, que es lo que impide muchas veces relacionarnos (Ro. 12:3).

Dios siempre ha usado al hombre imperfecto que tiene el deseo de perfeccionarlo.

 

        II.    ELEMENTOS BÁSICOS PARA UNA BUENA RELACIÓN CON LOS DEMÁS

 

A.-  AMOR

Al interrelacionarnos nos daremos cuenta que cada discípulo difiere en personalidad, carácter, cultura, etc. por lo tanto el amor es esencial. El amor de Dios (1 Jn. 4:7-9), el amor debe manifestarse, el no hacerlo implica el no conocer a Dios. El amor no hace mal al prójimo (Ro.13:10) y cubre multitud de faltas (1 P. 4:8) esto no quiere decir que consintamos el pecado, sino que procuremos la restauración de quien cayo en alguna falta (Gal. 6:1-2). El amor nos hará aceptar a los demás tal como son, un alma con áreas rendidas impide amar (1 Ti. 1:5). Cuando se rompe el vínculo que tiene unido a un grupo (amor), el mismo puede desintegrarse fácilmente, siguiendo cada uno de los integrantes sus propios intereses. Porque Dios nos hizo con Amor.

 

 

B.- COMUNICACIÓN

Es la capacidad de un individuo o grupo de transmitir sus ideas  o sentimientos a otros individuos. El Señor se comunico constantemente con sus discípulos  dándoles a conocer verdades que transformaron sus vidas. Recordemos que un grupo se conduce mediante el lenguaje, en este sentido hay que tener presente que no todas  las personas tienen igual formación cultural. Para establecer una buena relación es necesario transmitir claramente en mensaje verificando si el receptor lo capto o entendió tal y como lo expusimos. No hagamos alarde de conocimiento diciendo algo que no hemos entendido (Stg.3: 1-2) cuando hemos digerido la doctrina  estamos en la capacidad de transmitirla  procurando hacerlo con sencillez para que quienes nos escuchen sean edificados. Dejemos que el Espíritu acomode  la palabra en los oyentes dejándonos usar por El.

 

C.- COMPRENSIÓN

Cristo se hizo semejante a sus hermanos a fin de poder hacer propiciación por sus pecados, pues habiendo sido tentado es poderoso para socorrer a los que son tentados (He. 2:17-18). Comprender es entender las causas que afectan el comportamiento de los demás. Pueden ser problemas espirituales, físicos, familiares o materiales. Sin pensar ser mas misericordiosos que Dios debemos auxiliar al hermano o bien  remitiéndolo a donde convenga ya sea ministracion o consejeria.

 

D.- SABIDURÍA

Expresión del buen sentido humano, es así mismo un don de Dios. Implica la reverencia hacia el Señor y la Obediencia a sus mandamientos (Pr.9:10). Necesitamos sabiduría para conducirnos, solamente con sabiduría se puede edificar (Stg. 3:13-14).

 

E.- CONVIVENCIA

Convivir es compartir más de cerca es compartir las experiencias, participar en actividades que nos lleven a identificarnos con los demás. El Señor se identifico tanto con sus discípulos, que donde ellos se encontraban reconocían que habían estado con el Señor (Mt.26:73). La convivencia produce acercamiento, amor fraternal (Ro.12:10), se derriban barreras de inferioridad o superioridad.

 

 

       III.    CAUSAS QUE AFECTAN LA RELACIÓN CON LOS DEMÁS

 

Como individuos previo haber conocido a Jesucristo como nuestro Salvador y Restaurador de nuestra vida, heredamos actitudes, modales; habiendo sido formados en base a principios de este mundo, posteriormente anduvimos voluntariamente satisfaciendo nuestros apetitos carnales, algunos habiendo padecido traumas y otros siendo victimas de complejos.

 

Todo esto podría ser causa que impida relacionarnos con el cuerpo de Cristo; si por el contrario hemos sido ministrados gozando de libertad que Cristo da, nuestras relaciones con los demás serán fructíferas. Recordemos finalmente que un cuerpo esta formado por miembros que Dios coloco según le plujo, siendo necesarios por su función particular.

 

Ser discipulador es hacer un esfuerzo deliberado de ayudar a otros a avanzar, es tener la capacidad para ayudar a otro, crecer en Cristo hacia una madurez espiritual.

 

Elementos Básicos:

1.  La buena Selección:

2.  El Desprendimiento:

3.  El Ejemplo:

4.  La Transparencia:

5.  La Disponibilidad:

6.  El Propósito claro:

7.  La Meta Compartida:

8.  La Comunicación y Confianza.

EL ROL DEL DISCIPULADOR EN CADA ETAPA DE NUESTRA VIDA

 

1.  Bebe: una madre que nutre y cuida constantemente

 

2.  Niño: un maestro para instruir

 

3.  Adolescente: un guía o un modelo para ayudar a desarrollar su

Potencial

 

4.  Adulto: compañero para motivar a que siga adelante; uno que canaliza

Hacia mayor servicio.

 

 

Una relación de discipulado es a largo plazo, pero el tiempo y el esfuerzo gastado decrecen conforme va avanzando.  O sea, la relación debe ser intensa y deliberada al principio porque el cuidado y dirección que requiere es mayor; y después de un tiempo se necesita menos tiempo.

 

Como el discipulado es promover el desarrollo de una etapa a la siguiente, uno podría preguntar: ¿Llega un punto cuando hay un "producto acabado"?  La respuesta es No.  Un discípulo sigue madurando toda la vida, aún en la etapa de adultez.  Pero como en la vida natural, llegará un momento cuando el discípulo ya no necesita tanto a su discipulador, tal como el hijo también se desprende de sus padres.  Entonces, conforme crece el discípulo la relación entre los dos se adapta a las nuevas etapas.

 

 

 

LA VIDA DEL DISCIPULADOR.

 

 Cuando Jesús se puso como "discipulador", El enseñó con Su vida lo que andaba enseñando verbalmente.  Lo mismo pasaba con Pablo: él vivía delante de sus discípulos el ejemplo que necesitaban para aprender.  Estos dos hombres, entre otros, nos enseñan que ser discipulador implica ser un modelo de la vida cristiana. Por eso debemos pensar en las cualidades que se deben demostrar.

 

 El discipulador es el agente humano que Dios usa para obrar crecimiento en la vida de un discípulo.  No es que él haga el crecimiento; eso es obra del Señor (I Cor.3:6).  Pero él provee las condiciones que promueven el progreso.  Lo va a efectuar con dos "armas": su enseñanza y su ejemplo de vida.  Cuando Jesús expresó Su plan para que continuara el evangelio, dijo: “...id y haced discípulos... enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado."  Jesús se preocupó que la enseñanza que ofrecieran sea con mira que los futuros creyentes la vivieran.  No mandó una enseñanza de conocimientos aislados.  La enseñanza debía resultar en obediencia/vivencia, y la obediencia en avance espiritual.  Llamamos esto hoy día la aplicación.  Pero la aplicación es la parte más difícil para muchos.  Acumular conocimientos acerca del evangelio es relativamente fácil; aplicarlos a la vida diaria es más difícil.  He allí el ministerio del discipulador.  Jesús entendía que necesitamos ver cómo se apliquen las enseñanzas en el diario andar, por eso El acompañó Sus enseñanzas con una "demostración" (su vida).

 

Igual debemos hacer hoy día: vivir una demostración viviente (el ejemplo de nuestra vida) junto con las enseñanzas, para que el discípulo pueda observar cómo se vive.  La metodología de Jesús fue completa; no dejó duda en cuanto a la forma de aplicación.  Hoy necesitamos discipuladores como Jesús que muestran el cómo, y no sólo enseñan conocimientos "de clase."  Verdaderos discipuladores entonces son instrumentos divinos para la formación espiritual.

 

Veamos esto en los siguientes versículos:

 

  • I Tes. 2:11,12  La labor es también como de un padre quien exhorta, anima y guía.

 

  • Hechos 20:28    Dios es Dueño del rebaño, y nosotros lo pastoreamos.

 

  • Col. 1:28, 29   Dios nos usa para un cuidado total (anunciando, amonestando, enseñando) dándonos el poder suyo.

 

  • Gal. 4:19       Se sufre para ver a Cristo formado en otro.

 

  • II Tim. 2:2     Enseñamos (conocimientos y con la vida) y ellos toman esto para después pasarlo a otros.

 

  • I Cor. 11:1  Sed imitadores de mí; así como yo lo soy de Cristo.
  • Fil. 3:17    Sed imitadores de mí y prestad atención a los que así se conducen, según el ejemplo que tenéis en nosotros.

 

  • Fil. 4:9     Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, esto haced.

 

 

CARACTERÍSTICAS DE UN DISCIPULADOR

 

 

1.  El corazón del discipulador tiene que amar al Señor por sobre todas las cosas. Cuando uno ama mucho al Señor, la sobreabundancia de Su amor rebosa en nosotros.

 

2.  Un amor por el discípulo; ve potencial como Jesús vio en Pedro (Juan 1:42) y motiva al otro a ser su mayor potencial.  Amor por él me permite verle como será, no como es ahora."  Alguien definió el discipulado como una amistad con visión. 

 

3.  Verdadera amistad con el discípulo.  Sean amigos.  Queremos promover el desarrollo espiritual, pero no podemos aislar su vida espiritual de su ser total.  Por eso, harán actividades juntos con el fin de que él vea como tu relación con el Señor se relacione con tu vida cotidiana.  Disfruta tu tiempo con el discípulo; no seas tan "espiritual" que dejas de ser "práctico".

 

4.  La paciencia.  La sociedad actual premia la rapidez y velocidad.  En deportes, en computadoras, en el tráfico, en la comida-- se busca algo instantáneo.  Pero Dios no está apurado; Su estrategia es muy diferente que la de los hombres.  Y como la naturaleza humana es frágil, habrá altibajos, retrasos, reveses, etc.  Hay que recordar que es el Señor quien da el crecimiento después que hemos plantado y cultivado.  Se recomienda

Paciencia, con persistencia en la oración.

 

5.  La transparencia.  Da la forma de la relación; es con honestidad.  Cuando uno o el otro se pone "máscara", se queda en el plano superficial y se logra poco.  Se recomiendan que el discipulador comparta "su humanidad"-- sus triunfos y sus derrotas, sus victorias y sus fracasos, y sus secretos de victoria en las luchas.  Por supuesto, tiene que ser una "transparencia prudente" (no revelando asuntos privados) sino como alguien que ha tenido las mismas luchas y como ha encontrado victoria en Cristo. 

 

Se entiende que cuando hay tal apertura entre los dos, tiene que haber también confidencialidad.  Así, se crea la confianza.


EL DISCIPULADO

 

Discípulo matetes es un partidario o imitador de su maestro o líder; es alguien que fija su mirada en su maestro para aprender de su doctrina y de su estilo de vida (Jn 8:31; 15:8) es un aprendiz, o sea, uno que constantemente aprende de su maestro, es uno que es llamado por el maestro para ser seguidor del él (Mr 1:20) Discípulo es aquel que primero aprende (venid en pos de mí) para luego será enviado (y haré que seáis pescadores de hombres) Mr 1:17. Discípulo se hace y no es resultado de la casualidad, implica: planificar, crear estrategias, trabajar etc., Hch. 14:21; Mt 28:19 "haced discípulos". En el discipulado del N.T. la relación correcta es la del discípulo y su Señor y maestro que es el ejemplo de esta relación, esta correspondencia nos dirigirá correctamente a vivir el discipulado con honestidad.

 

En el Antiguo Testamento, estas marcas se ven claramente cuando los patriarcas aprenden de sus padres la adoración a su Creador mediante el altar, primero Abel en el conocido pasaje junto a su hermano Caín; luego tenemos a Noé y su familia adoraron a Jehová e hicieron un altar Gn 8:18-20, Abraham y su familia adoraron a Dios Gn. 12:5-7, Isaac acampó en Berseba construyo su tienda y también su altar para invocar el nombre de Jehová. Gn 26: 24-25. El ejemplo de Moisés con Josué Dt 1:38; 3:28; Nm 27:12-23; Dt 31:3-8, 14-23; es una experiencia ejemplar de discipular a un líder que le había de suceder. Elías y Eliseo, el discípulo que le siguió hasta lo último.

 

En la Iglesia local es importante tener presente esta labor, porque precisamente de ella se proveerá Dios de misioneros para hacer la obra; también, marcará en el discípulo la semejanza de la vida de Cristo, formándose cada día que vive con el Maestro de maestros (1Jn 2:6). La meta sagrada es poder decir como el Apóstol Pablo: "sed imitadores de mí, así como yo de Cristo" (1Co 11:1; Ga 4:19)

 

La experiencia del Apóstol Pablo es que existen tres niveles en este proyecto:

  1. A Quien Imitamos (A Jesús Ga 4:19)
  2. A Quienes Imitamos (Al Discipulador que imita a Jesús 1Co 11:1)
  3. Quienes Imitan (Los Discípulos y el Discipulador 1Co 11:1)

 

La vida en Cristo de un Discípulo

 

"...en ningún otro hay salvación" "y les reconocieron que habían estado con Jesús", la intrepidez con que Pedro y Juan hablaron de la Salvación en Cristo impresionó tan fuerte en los oyentes, que se dieron cuenta de la seguridad con que hablaban, inmediatamente los identificaron con Jesús.

 

Nadie podrá ser discípulo de Cristo, si primero no lo acepta como su Salvador y Señor de su vida. Los que predicaron el evangelio de Jesucristo fueron aquellos que habían aceptado ser discípulos del Salvador, predicar el evangelio es competencia de discípulos seguros de su salvación eterna, lograda en los méritos de Cristo para nosotros; el mensaje del discípulo es anunciar la Salvación que es en Cristo Jesús. Aquella osadía de los discípulos para predicar del Señor y Salvador, provenía de esa convicción. Para nosotros es importante, que un verdadero discípulo de Cristo, es aquel que ha sido llamado, que vive su salvación con temor y temblor, formar parte del reino de Dios y todas sus demandas, y que la pregona por los cuatro vientos la salvación en Cristo para toda la humanidad.

 

La muestra de la seguridad de la Salvación de los primeros discípulos fue en el empeño de aceptar a cualquier precio lo que significa ser seguidor de Cristo como una alta dignidad (persecución y muerte) en los tiempos en que sólo se reservaba el derecho a señor y dios a los césares de Roma.

 

El Discípulo de Cristo no solo ha entendido su salvación personal, sino que comprende cabalmente la universalidad del alcance de la salvación (1Ti 2:4); y la responsabilidad que le toca a cada uno en esta sagrada misión "hasta lo ultimo de la tierra" (Hch 13:47; Is 42:6-7; Lc 24:46-47)

 

Hay en este siglo, predicadores que no están seguros de su salvación y son buenos consejeros en cuanto a lo ético o conducta, han producido libros, revistas etc. Pero ¿qué de su salvación? ¿Es de valor ser bueno y no ser salvo? Quizá hay mas preguntas picantes. Comente Ud.

 

  • Es llamado por Jesús para convertirse en un seguidor Mr. 1:18-20

¿Podrá alguien ser discípulo de Jesús sin antes ser llamado por él? Ante esta pregunta debemos recordar las palabras de Jesús "no me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros" (Jn 15:16ª) o lo que esta escrito "Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero" (1Jn 4:19) son expresiones que muestran que Dios es el que da la iniciativa. Las siguientes palabras: "venid en pos de mí", "y luego los llamó" y seguidamente a esta invitación leemos estas palabras "y le siguieron". Nos enseña que, un discípulo, es aquel que ha sido llamado para convertirse en un seguidor, que está atento a oír al Pastor de pastores; él nos conoce, nos llama y nosotros le seguimos (Jn 10:27) y todo aquel que se ha dispuesto a seguirle es honrado por Dios Jn 12:26.

 

El Señor Jesucristo sigue haciendo este llamado en todo el mundo para que se conviertan en sus seguidores; esto, por medio de la evangelización y la tarea de enseñar todo el consejo de Dios. El Apóstol Pablo y su equipo había entendido correctamente esto, en la ciudad de Derbe habían anunciado el evangelio e hicieron muchos discípulos, ejemplo que manifiesta la importancia que se le debe tener (Hch 14:21).

 

  • Es uno que aprende. Mt. 28:19-20; Mr. 1:17

"Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen" Jesús (Jn 10:27), en el discipulado hay uno que enseña y otro que aprende, pauta de reciprocidad pedagógica, pero en este pasaje existe algo más, conocer a sus alumnos que quiere decir que el discipulador debe conocer a quién va a enseñar. El objetivo supremo: es seguir los pasos de Jesús, o sea que no era una mera información de conocimientos, sino FROMACION "... vinieron a él..." (Mt 5:1)

 

Llamado por Jesús para convertirse en un seguidor ¿y luego qué? Precisamente aquí esta lo importante: es uno que aprende. Desde que nos hemos convertido hemos comenzado a aprender del maestro, a tomar en cuenta sus enseñanzas, sus demandas, sus ordenes etc. todo esto para servir a él y al prójimo. El discípulo cristiano es aquel que aprende de su Maestro, Jesucristo, y no de Mao Tse Tung, ni de K. Marx ni de Buda etc. Un discípulo de Jesucristo es aquel que siempre estará dispuesto a aprender de él y evitar la autosuficiencia (creer que ya lo sabemos todo).

 

Jesús dio la orden de "id y hacer" nociones que afectan tanto al discipulador como al aprendiz, "Id" de movilizarse, y "hacer" que implica trabajo, escuela, misión, donde uno tiene el trabajo sagrado de enseñar; y el otro, de aprender; ambas voluntades son necesarias para el discipulado. El Apóstol Pablo dice "porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios" (Hch 20:27) y el Apóstol

Pedro exhortando "antes bien creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo" (2Pe 3:18).

 

  • Lleva mucho fruto Jn. 15:2-8

Fruto "Es la expresión invisible del poder que obra interna e invisiblemente, siendo el carácter del fruto evidencia del carácter del poder que lo produce". Por la obra poderosa del Espíritu Santo formando en cada creyente el carácter del Señor (Ga 5:22) fruto que corresponde a la evidencia externa del cambio (arrepentimiento) sucedido en los discípulos de Jesús

 

  • No andará en tinieblas Jn 8:12

Categóricamente Jesús dijo: "...el que me sigue, no andará en tinieblas..." "... tendrá la luz de la vida". Esta es otra de las características de un discípulo, desde que decidió seguir a Cristo ya no andará en tinieblas, ha experimentado un cambio de vida para seguir un estilo de vida. La vida del discípulo será siempre mostrar la luz de la vida, que es Cristo, tanto en mensaje como vida práctica de un hijo de luz (1Ts 5:5) que esta vestido y revestidos de Cristo (Ro 13:14, Ga 3:27)

 

Un verdadero discípulo es aquel que ha pasado de las tinieblas a la luz admirable convirtiéndose en un testigo de la experiencia transformadora que lo cambio de posición, siendo este, ciudadano de un reino diferente y con un estilo de vida de acuerdo a las demandas de este reino de luz (Pe 2:9). Jesús dijo: "vosotros sois la luz del mundo" (Mt 5:14). El resultado de andar en luz es la comunión con nuestros hermanos, tan anhelado por Jesús que nos mandó que seamos una comunidad de amor y pureza espiritual (Jn 1:7).

 

CON RELACIÓN AL MAESTRO DE MAESTROS

Mt. 10:1 Recibe autoridad del maestro

La relación que existe entre el Discípulo y el Maestro es muy estrecha, Jesús a depositado su confianza en sus discípulos, poco antes los había desafiado cuando les dice, "... a la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos" (Mt 9:7), cree en ellos y los envía como sus embajadores, ciudadanos de un reino, pero para que se cumplan las metas trazadas, Jesús les dio autoridad para expulsar los espíritus inmundos y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.

 

El mensaje que se les encargó no era posible sino hubieran sido autorizados "... el reino de los cielos se ha acercado..." predicar del reino es imprescindible hacerlo con la autoridad de quien nos envía, Jesucristo el Rey de este reino de los cielos. La autoridad del discípulo alcanza el mundo espiritual y físico; hemos sido enviados a afectar el mundo espiritual, tal como lo vemos en toda la Biblia, siervos de Dios como Elíseo que sabía del mundo espiritual 2Re 6:8-23. Otros repeliendo las obras espirituales de las tinieblas, como Pablo que en muchas ocasiones hizo retroceder a fuerzas de las tinieblas Hch 16:16-18. También hay tantos ejemplos en la Biblia de cómo siervos de Dios afectaron con el poder del Señor, especialmente a los enfermos que fueron sanados. Si nos damos cuenta Cristo no envió a hacer aquello que el mismo hizo, y su desafío es que cosas mayores que él hizo, nosotros haríamos.

 

Entonces, somos conscientes que somos discípulos del Rey de reyes y por él autorizados (investidos de autoridad y poder) a echar fuera los demonios y sanar a los enfermos. Jesús tiene autoridad y por ello él nos delega su autoridad para ejecutar en la obra misionera e indispensable para la edificación (2Co 10:8). Aunque sabemos que el poder se puede usar para cosas malas, el discípulo de Cristo sabe que ha recibido poder y autoridad para bendecir. Es evidente que en el nuevo testamento las señales siempre están para manifestar que el reino está presente, y cuando la Palabra es anunciada con celo misionero.

El Maestro no tiene reservas para un discípulo Mr. 4:34

 

Es interesante cuando Jesús dice a sus discípulos que "el discípulo no es más que su maestro... bástele al discípulo ser como su maestro" (Mt 1024-25), aun más tierno es cuando Jesús dice: "vosotros sois mis amigos... porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer" (Jn 15:14-15). Expresión como esta me remueve la fibra del corazón hasta hacernos vibrar. El Maestro no tiene reservas para con sus alumnos, tanto es la influencia que él quiere tener sobre sus discípulos, hasta que seamos iguales a él, o sea, su ser formándose en cada uno de nosotros o que él sea formado en nosotros cada día (Ga 4:19; Ro 8:29); aun más, no tiene reservas para darnos a conocer al Padre y las cosas espirituales (1Jn 5:20; Lc 10:22), a sus discípulos en particular les declaraba todo y no en parábolas (Lc 4:34). En Hch. 11:26 dice que se les llamó cristianos por primera vez, precisamente porque mostraron la influencia poderosa, o sea la identidad de Cristo en ellos. 6. Nuestra Identificación en Cristo 1Co 11:1

 

Somos discípulos de Cristo, en qué debemos identificarnos con él, entonces es necesario mirar al Maestro para ser imitadores y recibir su luz para resplandecer de él ante un mundo de tinieblas. Cuando miramos a Cristo nos identificaremos de la siguiente manera:

 

Identificados con su amor - Jn. 13:35; 1Co 13 El sello del discípulo es el amor

 

La calidad de amor que tiene Cristo esta expresado en "yo te amo a pesar de que" tal como Dios nos amó; esa es la misma esencia de amor debemos tener en la comunidad de creyentes, si nos identificamos con su amor de esta naturaleza entonces seremos conocidos por la gente que verdaderamente somos sus discípulos.

 

Nosotros somos una comunidad de amor, con esta expresión el discípulo esta desafiado a vivir como Dios realmente quiere, y no como el mundo vive (1Jn 5:19) no estamos bajo el maligno sino que somos de Dios. Antes hablábamos del fruto del discípulo, y precisamente en esta comunidad de amor va a mostrar esas evidencias, tanto dentro y fuera de ella (testigo).

 

El discípulo es un testigo de Jesucristo, un proclamador de su mensaje y si lo hiciere sin el testimonio de este amor en comunidad, es como agredirnos a nosotros mismos, el mundo sabrá que somos sus discípulos si tuviéramos amor los unos con los otros. Es natural en un discípulo de Cristo mostrar este amor que Dios demanda, no es algo extraño o fuera de lo normal. En la Iglesia o en la obra misionera esto no debe escasear, echaríamos a perder todo por los celos, envidias, murmuraciones, actitudes egoístas, rebeldías etc. que Dios no ayude reflejar ante todos que somos sus discípulos y que no amamos.

 

El amor nos sirve para vivir en comunidad, pero esto debe ser conocido por nuestros actos de amor hacia la gente que no conoce a Jesús, y de muchas maneras, tanto en lo espiritual como en lo social.

Identificados con su encarnación Jn 17:18; 20:21 - Ejemplo.

La encarnación, desde una visión misionera se refleja claramente cuando dijo Jesús: "como me envió el Padre, así también yo os envío" nos enseña a ser misioneros como Cristo, él no cumplió su misión desde el cielo o desde una residencia, él se encarna y se identifica con el ser humano, entre los más desfavorecidos, caminó con pecadores y gente aborrecida. Así fue enviado y así también nos envía. El máximo ejemplo que tenemos de Jesús, es el ejemplo de humillación y obediencia, aún en las condiciones en que se encarnó (esclavo - doulos), luego de darnos ejemplo hasta el sacrificio fue exaltado hasta lo sumo. Cristo para ser exaltado caminó por la humillación y el sacrificio de la cruz, semejante lo es para el discípulo, somos llamados a morir en favor de la misma gente que queremos servir con sacrificio y negación, esto es una revolución y una verdadera identidad con el Mesías. Campos de acción para el servicio hay mucho, en educación, salud, apoyo en técnicas, atención a marginados y miles más, sin esperar que nos sobre para dar, hasta dar la vida misma.

 

El poder de la resurrección nos ha dado nueva vida y esmero al servicio en obediencia a Cristo (Ro 8: 11) En ese poder podemos servir en el mundo sin ser del mundo; la falta de fe nos lleva al monasticismo. La inconsecuencia de los evangélicos usa la idea de la venida de Cristo como disculpa para no cumplir las exigencias del evangelio.

 

Nuestra conducta de cristiano debe reflejar que hay un reino diferente que viene, esperamos la manifestación final de su reino y no necesitamos adecuarnos a los sistemas temporales para ser servidores de ellos, debemos cambiar nuestra nación con el poder transformador del evangelio. Los cristianos tenemos mejor objetividad, estamos capacitados para contribuir a determinar con claridad lo hace falta cambiar.

 

La iglesia está compuesta por personas, por lo que nuestro trabajo es de hombres entre los hombres.

Es necesario que el Discípulo de Cristo conozca la literatura, el folklore y su historia de su lugar o del sitio donde va a servir. En nuestro caso debemos ser más auténticos y no imitar la cultura o idiosincrasia de los extranjeros y a sus costumbres inherentes, debemos ser hombres de nuestro pueblo y de nuestra época, encarnados en la realidad que nos toca servir.

 

Algunos creían que el evangelio era solo para la clase media, porque que se suponía que era la más factible para generar cambios nacionales, pero sabemos fehacientemente que el evangelio es para todos, es para el borracho de la calle como para el empresario explotador, para el delincuente y para el político engañador. La vida transformada de cualquier hombre es un ser salvado para hacer algo, debe repercutir su nueva vida en la sociedad que vive, sin la necesidad de que el evangelio sea un programa social y político.

 

Identificados con su reino Lc 17:20:21

Este es un tema bastante amplio pero diremos algo, el reino es esencialmente escatológico como lo es la Cristología porque necesariamente concierne al Mesías, aun esencialmente los evangelios sinópticos son específicos en asuntos de reino. Por lo que observamos, en el N.T. que Juan el Bautista, Jesús, los Apóstoles se constituyen los mensajeros del reino y ejemplo para los discípulos de todas las edades. Entonces si queremos ser bíblicos nuestro mensaje y vida debe ser inherentemente al reino. "Es evidente que tal Reino llegó a existir desde el momento en que el Eterno creara algo o alguien que fuese distinto de sí mismo, puesto que, procediendo de él como Fuente, había de serle sujeto y aceptar las leyes y ordenanzas que él determinará"

 

Dado a que Reino, de la palabra Basilea, significa "poder real del Rey, autoridad para reinar, majestad" (Lc 19:11-27). El reino ofrecido por Cristo es el mismo Reino ofrecido por los profetas del A.T. (Reino es una palabra conocida y entendida por todo judío). Y es básicamente espiritual ya que para necesariamente verlo se tendría que nacer de nuevo (Jn 3:3-7), "Su aspecto ético está completamente establecido en el "Sermón de la Montaña" "la enmienda de los males sociales aparecen en la predicación del establecimiento de su reino cuando todos esos males sean severamente echados fuera por medios sobrenaturales" "aun al aspecto político del reino profético se le asigna un lugar importante en Mateo 25:1. Que presenta la propia descripción que Cristo hace de El mismo cuando esté sentado sobre el trono de gloria, juzgando a las naciones que vivan en la tierra" en cuanto a los aspectos físicos de su reino las señales y milagros hechas por él manifiestan su majestad sobre su creación"

 

Entonces, identificarnos con su Reino, significa no solamente aceptar que él es el Rey, sino vivir como requiere el Rey y Señor; sujetados los súbditos delante de su Rey y Señor, obedecerle como Señor dentro de los contextos en que se uso bíblicamente y no dentro de los conceptos egoístas y modernos. Aceptar su señorío es vivir un estilo de vida conforme al Reino.

 

Entendiendo y viviendo su Palabra Jn. 8:31.

Permaneciendo en las Palabras del Maestro, es algo que Jesús enseñó cuando fue tentado en el desierto, de tal manera que en cualquier ambiente que el discípulo tenga que vivir, la Palabra le será importante, tanto para su vida victoriosa como para su ministerio. En un ambiente de hostilidad contra Jesús por parte de los Judíos, él pidió a los que habían creído en él, que es necesario en ellos la CONSTANCIA en la doctrina de Jesús para mostrar que son verdaderos discípulos de él y como resultado conocerán la verdad. Cualquiera que sean los momentos que nos toque vivir, este elemento: constancia es necesaria para todo discípulo, que significa no ser voluble o fluctuante. A esto el Apóstol Pablo dice a los hermanos de Colosas "la palabra de Cristo more (habite) en abundancia en vosotros..." (Col 3:16).

 

Es interesante que Jesús relacionó permanecer en él con permanecer en su palabra, esto trae como fruto la promesa: "... pedid todo lo que queréis, y os será hecho" (Jn 15:7), algo más, él muestra reciprocidad cuando dice: "Permaneced en mi, y yo en vosotros". El caso contrario sucede con los que se extravían y no perseveran (permanecen) en la doctrina, dice: "no tiene a Dios". Es un verdadero estímulo permanecer en las palabras del maestro y decir como Pedro cuando Jesús los desafió a elegir, irse o quedarse y este respondió "¿a quién iremos? Tu tienes palabras de vida eterna" (Jn 6:68).

 

Entender su Palabra implica pasar por la Puerta de acceso al conocimiento de Dios, Cristo; sin él nos es imposible conocer a Dios y su revelación. La Palabra de Dios dice que es el Hijo de Dios que nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero (1Jn 5:20) ya que "nadie conoce quien es el Hijo sino el Padre, ni quien es el Padre, sino el Hijo y a quien el Hijo lo quiera revelar" (Lc 10:22)

 

Por la importancia que tiene la Palabra de Dios para la vida cristiana; por cuanto es útil para traer santificación, limpieza, dirección, revelación del Señor y es sustento para nuestra fe (2Ti 3:15-17); es necesario conocerla. Un primer paso para conocer la Palabra de Dios es leerla, y para ello es recomendable:

 

  • Leer en forma disciplinada diariamente (Sal 1:2-3)
  • Leer con lápiz y papel al alcance de la mano
  • No solo leerla, sino meditarla, actualizarla (contextualizar), aplicarla a la vida personal y luego predicarla a los demás.

 

La oración.

Orar es "deseo" (eucomai) 2Co 13:7,9; Stg 5:16; 3Jn 2; Hch 26:29; 27:29; Ro 9:3. Y la oración esta necesariamente implicada en ello. También como oración a Dios es pedir (deomai) Ro 8:26; Ef 6:18; Fil 1:9; 1Ts 5:17. Otro término es rogar (proeucomai) que se traduce orando Lc 21:36; Hch 4:31; 10:2; 1Ts 3:10.

 

El mejor ejemplo es Cristo, en la Biblia leemos de otros que también fueron ejemplos orando, como Daniel. Mientras Jesús oraba el Espíritu Santo descendió (Lc 3:21); él se apartaba a lugares solitarios para orar (Lc 5:16); y aún paso toda la noche orando antes de escoger a sus doce Apóstoles (Lc 6:12); en su transfiguración subió al monte a orar (Lc 9:28); mientas oraba los discípulos le pidieron que les enseñara a orar (Lc 11.1); oró intensamente en Getsemaní (Lc 22:44); en la cruz oró por otros (Lc 23:34); esta secuencia de oración sólo en el Evangelio de Lucas nos da la importancia que Jesús ha puesto sobre la oración.

 

Orar es ponerse de acuerdo para que se haga la voluntad de Dios, orar es mucho más que hablar con Dios, orar es:

  • Proclamar la santidad, soberanía, Reino, y Señorío de nuestro Dios.
  • Acercarse a Dios buscando: ser transformado a la imagen de Cristo; su dirección para nuestras vidas; su provisión a nuestras necesidades y su bendición en todo.
  • Influir para que la mano de Dios se mueva a favor de otros: nuestra familia, el ministerio, la Iglesia, la Nación, etc.
  • Confesar el triunfo de Cristo en la cruz, despojando los principados y potestades de Satanás; ejercer la autoridad de Cristo, sometiendo y resistiendo la obra del Enemigo.
  • Es en la persona de Cristo Jesús que se fundamenta nuestra confianza, (Ef 3:12) para tener acceso delante de Dios, por medio de la oración:
  • Tenemos libertad para entrar al lugar Santísimo, (He 10:19-22)
  • Tenemos entrada por la fe, (Ro 5:2)
  • Tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre, (Ef 2:18)

 

 Preguntas para conversar:

  • ¿Por qué oramos?
  • ¿Cuándo debemos orar?
  • ¿Dónde podemos orar?
  • ¿Cómo orar?
  • ¿Quién se opone a la oración?
  • ¿Cuales deben ser las actitudes al orar?

Los elementos básicos que debemos incluir en Nuestra Oración son:

  • Adoración.- Es estar rendido a él, reconociendo quién es él (Sal 29:2). Honrar a Dios por encima de todo (Hch 4:24-31). Es permitir que nuestro espíritu se deleite en la presencia de Dios (Job 22:26). Por su misericordia, poder, sabiduría, rectitud, justicia, fidelidad, paciencia, etc.
  • Acción de Gracias.- Por lo que él ha hecho, por los beneficios que hemos recibido de su mano (Jn 11:41). Es la voluntad de Dio ser agradecidos (1Ts 5:18). Velando en oración y acción de gracias (Col 4:2). Y la paz de Dios guarda nuestros pensamientos y corazón (Fil 4:6-7)
  • Confesión. - de nuestros pecados (1Jn 1:9; Lc 11:4). Confesar y reconocer nuestras debilidades, equivocaciones, ofensas, incredulidad a Dios, menosprecio a la provisión de Dios, áreas en que somos tentados, las presiones del mundo, etc. (Mt 6:11-12). Humillarse delante de Dios (Sal 25:17-22; 1Cr 7:14).
  • Petición.- de toda clase de necesidad (Mt 7:7-8). Por las autoridades (1Ti 2:1-2). No para nuestros deleites (Stg 4:3). Sabiendo la voluntad de Dios y con fe (1Jn 5:15; Ef 3:30; Mr 11:24)
  • Intercesión.- Es ponerse en la brecha delante de Dios a favor de otros (Ez 22:30). Para obrar milagros (Hch 12:5). Pidiendo perdón para alcanzar la bendición sobre una nación (Neh 1:4-11)
  • Batalla espiritual.- Ejerciendo autoridad en el nombre de Jesús (Lc 10:18-19; Jd 1:9. Conociendo que nuestra lucha es espiritual con las tinieblas (Ef 6:12). Sobre todo vistiendo la armadura de Dios (Ef 6:13-17). Reconociendo que no es con fuerza, sino con el Espíritu santo (Zac 4:6; Ex 14:14). Debemos estar siempre resistiendo al enemigo (1Pe 5.8-9; Stg 4:7)

 

El Discípulo, un adorador

El contexto de la creación del hombre fue para que este le adore y le sirva, Dios siempre a demandado que todo culto o sacrifico que se haga para él debe tener el contenido esencial para ser aceptado, la adoración; sin este ingrediente todo culto o servicio vendrá a ser simplemente un acto de religiosidad. Dios merece amor sincero y profundo de los que él ha amado. Por esta razón Jesús dice que los verdaderos adoradores adoraran al Padre en espíritu y verdad (Jn 4:21-25).

 

El verdadero discípulo tiene una amplia posibilidad para adorar a Dios y que tiene que ver también con el alcance misioneros, de tal manera que un discípulo esta llamado a servir en cualquier parte del mundo como adorar a Dios en cualquier parte del mundo. El servicio y la adoración deben ser genuinos, de lo contrario es una actitud abominable, Is 1:10-17. La adoración esta inherente a la limpieza espiritual. La adoración define que a quien lo hacemos le debemos sujeción, respeto y devoción.

 

La Adoración implica lo siguiente:

Lc 9:23 Se niega a sí mismo y toma su cruz y le sigue

Un Discípulo de Cristo es aquel que se niega a sí mismo para dar lugar ya no a su "YO" (autonomía - autosuficiencia) sino a Cristo como el centro de su vida. En el reino de las tinieblas el término "YO" siempre fue muy importante y venerado, pero en el reino de Dios "Cristo vive en mi" es lo que importa en adelante.

 

Es decirnos a nosotros mismos, no a nuestros planes, no a nuestros intereses, sino depender en todo de los planes e interese de Dios y su Reino (Mt 6:33), y aun sufrir por la causa de Cristo, de ahí que nuestra relación con el Señor debe ser bastante estrecha para conocer su perfecta voluntad. Sabemos que Dios revela su voluntad para con sus siervos por medio del Espíritu Santo, a través de su Palabra bendita y a través de la disciplina (Jn 14:26; 2Ti 3:16-17; He 12:5-7).

 

Según el trasfondo histórico todo aquel que cargaba una cruz, era un condenado a muerte, entonces ya entendemos lo que quiso decir Jesús, y el Apóstol Pablo lo entendió perfectamente cuando dice: "porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús..." (2Co 4:11; Ro 8:36) un discípulo de Cristo cada día muere, o carga su cruz (condenado a muerte) no es un llamado a la resignación para soportar los embates de la vida, sino más bien en pensar como Cristo (He 12:3-4). El sufrimiento es parte de la cruz que nos toca llevar en hombros propios y no en hombros ajenos, es importante que el Apóstol Pablo animaba a los hermanos diciendo que esto era necesario para entrar en el reino de Dios (Hch 14:22).

 

Lc. 14:26,33 El discípulo aborrece su vida y lo que posee

Jesús ha pedido a sus discípulos: que ninguna persona o cosa tiene prioridad sobre el Señor Jesucristo como lo especifica cuando dice: "El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí" (Mt10: 37) aún mas cuando dice: "El que halla su vida, la perderá; el que pierde su vida por causa de mí, la hallará" (Mt 10:39).

 

Es interesante que Jesús no coacciona la libre voluntad de la persona "si alguno viene en pos de mí" él hace el llamado a seguirle y el hombre escoge que decidir; cuando una decisión esta cotejada con el precio de aborrecer su vida, la de los demás y de lo que posee para ser Cristo el primero en todo, es una decisión con mucho honor y Jesús sabe valorar con “ES DIGNO DE MÍ”. Si alguien se quejara de ser discípulo de Jesús no tendrá que culpar a nadie, todos somos responsables de nuestra buena decisión de seguirle.

 

Los patriarcados y matriarcados no son nada justificables para interferir en el correcto proceso del discipulado, de tal manera que ni los vivos ni los muertos deben influenciar a seguir a Cristo como debe ser, por lo que es indispensable no mirar atrás cuando ya nos hemos dispuesto a seguirle (Lc 9:57-62)

 

No son los ofrecimientos precipitados, como si se tratara de seguir a un filosofo de antaño, o a un político de hoy, se trata de seguir a alguien que el Hijo de Dios, o el Hijo de Hombre como se llamó (Mt 8:18-20) lo que Cristo toma en cuenta son las actitudes pensadas con el corazón, y habiendo sido primero llamados, nadie toma para si esta honra si no ha sido llamado por Dios (He 5:4). Cuando hemos respondido fielmente a su llamado es ahí entonces que serviremos a Cristo aún en las condiciones advertidas por el Maestro "... el Hijo de Hombre no tiene donde recostar su cabeza"

 

Quiero volver a tomar la expresión de "renunciar a todo lo que posee", es que en realidad es una actitud de rebelión el creer que el hombre es dueño de algo o de alguien, cuando el verdadero dueño absoluto y soberano es Dios que todo lo creó, el discípulo sabe que ni aún su vida le pertenece, renunciar a todo lo que posee es tomar la verdadera condición que es la de un mayordomo o administrador (1Pe 4:10). También, las cosas materiales no deben ser un impedimento para seguirle, más bien deben ser invertidas para los intereses del reino. En suma, un discípulo de Cristo es aquel que esta dispuesto a adorarle y servirle; servirle ¿cómo? Como un buen mayordomo. La Biblia nos enseña que somos administradores de lo que somos y poseemos y eso es lo que significa aborrecer su vida y lo que posee.

Si hemos presupuestado seguir a Cristo con el precio demandado, entonces sigamos adelante sin mirar atrás, "... nosotros no somos de los que retroceden... sino de los que tienen fe para preservación del alma" (he 10:39)

 

 

 

 

 

INVESTIGADO Y ELABORADO POR:

 

 

 

PASTOR: LIC. GILDARDO GOMEZ LOPEZ.

 

 

 
 
 

 

 


Y SUPERVISADO Y AVALADO POR:

APÓSTOL: GUILLERMO A. OLGUIN SAUCEDO


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