Ministerios Elohim

La Consagracion del Cuerpo de Cristo

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LA CONSAGRACION DEL CUERPO DE CRISTO.

 

 

(1 Ts. 5:23) “23Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.”

 

(Col. 3:8-10) “8Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. 9No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, 10y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,”

 

 

INTRODUCCION

 

Consagrar es hacer algo sagrado, es dedicar algo a las cosas santas.

 

En esta vida, todo lo que ha triunfado y prospera y obtiene una victoria es por la dedicación y continuidad en lo que se hace, hay quienes se dedican al deporte, hay quienes se dedican a los negocios, hay quienes se dedican a alguna profesión, hay quienes se dedican a hacer la voluntad de Dios, a agradarle, a obedecerle, a alabarle, a conocerle y acercarse cada día mas y mas a El. Esto es consagrarse, y lo que se consagra a Dios, eso se santifica y es apartado para Dios.

 

Hay mucha gente que está buscando a Dios, pretenden buscar a Dios pero no se apartan del mundo para Dios, no se consagran. Todo aquel que no entienda lo que es la consagración no podrá vivir una vida de santidad.

 

 

TEMA

 

Hagamos dos preguntas:

 

1.- ¿Cuántos quieren y desean tener un verdadero ministerio de Dios?

Creo que todos o la mayoría lo queremos.

 

2.- ¿Cuántos tienen ministerio dado por Dios mismo?

Creo que es fácil contestar y saberlo: los que se consagran y santifican delante de Dios.

 

Así que, el árbol por sus frutos es conocido, y no puede el árbol malo dar frutos buenos, ni el árbol bueno puede dar malos frutos. (Lucas 6:44) 44Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas.

Es conocido todo aquel que verdaderamente se está consagrando a Dios, porque consagrarse es un acto mediante el cual se dedican a Dios los hombres. La consagración de un siervo, sierva o un hijo de Dios es evidente por los hechos y no por las palabras. Se oye decir versos como estos: Este hermano predica muy bonito pero vive muy feito ¿por qué? Porque no hay consagración.

 

 

Por eso decimos que en la Iglesia hay:

 

            1.- Oyentes

            2.- Creyentes

            3.- Arrepentidos

            4.- Convertidos

            5.- Siervos

            6.- Ungidos

            7.- Adoradores

 

Se necesita llegar a la conversión para poderse consagrar, porque de la abundancia del corazón habla la boca, y de la abundancia de la obediencia se disfruta la consagración.

 

Cuando la Santa Escritura dice que la senda de los justos es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto (Proverbios. 4:18) es porque los justos van a entender que hay un proceso de perfección, por lo tanto se entiende que el proceso de crecimiento espiritual es constante, sin interrupción, cualquiera que se detiene se estanca y el que retrocede tiene que volver a empezar, y no puede haber crecimiento espiritual  ni perfección espiritual si no se toma la decisión de consagrarse por completo.

 

(1 Ts. 5:23) dice: Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. El espíritu Santo empezó una obra que El mismo quiere libertad para continuarla hasta darle forma de la plenitud de Cristo, y esto se logra sólo cuando Dios pone el querer como el hacer por su buena voluntad. (Filipenses 2:13) 13porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

 

(Romanos 9:16) 16Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.

 

Por esto es que muchos cristianos se conforman con poco, otros ya se hicieron descarados, otros no respetan a Dios, ni la doctrina apostólica, otros están según ellos al servicio de Dios, pero sin temor ni temblor, ¿por qué? Porque o el Espíritu Santo no ha tocado los espíritus y las almas o porque fueron tocadas y se les pasó o no se dieron cuenta como los del camino a Emaús y menospreciaron esa obra del Espíritu, por eso no les da el deseo de consagrarse cada día mas y mas.

 

Es muy importante y necesario que aprendamos a oír la voz del Espíritu Santo, una cosa es ser guiados por el Espíritu Santo y otra cosa es oír la voz del Espíritu, aunque estas dos cosas van de la mano; ser guiados es velar por hacer la voluntad de Dios, obedecer y hacer, oír la voz del Espíritu es discernir lo que sale de la conciencia hacia la mente, por eso debe haber una renovación del entendimiento (mente), para comprobar (confirmar) cuál es la voluntad de Dios. (1 Cor. 2:16) 16Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

(Efesios 4:23) 23y renovaos en el espíritu de vuestra mente.

(Heb. 10:16) 16Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré.

 

El que no tenga estas experiencias difícilmente podrá consagrarse a Dios.

Consagrarse a Dios no es fácil pues después de todo lo que hemos visto, también es necesario amar a Dios sobre todas las cosas y con toda nuestra mente.

(Lc. 10:27) 27Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.

 

Cuando el Señor nos permite entender y aprender doctrina, cuando se nos da la gracia de aprender y vivir la palabra de Dios, cuando somos sinceros y valoramos lo que ahora somos y quienes éramos, cuando vivimos agradecidos con Dios, cuando no le hacemos caso a las adversidades y dejamos lo que queda atrás prosiguiendo hacia adelante, cuando poco a poco vamos buscando las cosas de arriba y no las de la tierra y permanecemos firmes, fieles, leales y constantes, y cada día nos vamos convirtiendo de alabadores a adoradores, entonces podemos ver quienes se están consagrando y quienes nos estamos consagrando por que esto se convierte en nosotros un medio de vida, una manera de vivir que difícilmente podemos salirnos de ella porque para eso fuimos llamados, escogidos y predestinados; para llegar a ser santos, como El es santo. (1 Pedro 1:15-16) 15sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

 

(Apocalipsis 22:11) dice: 11El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.

 

Dios nos llama a ser santos, nos llama para restituir y restaurar lo que Adán y Eva perdieron: La imagen y semejanza de Cristo.

 

La imagen viene a nuestras vidas cuando consagramos nuestra alma y nuestro espíritu a El, y la semejanza nos la da el Señor por el Espíritu que cada día rendimos y entregamos a Dios, nuestra naturaleza divina crece cada día mas y mas.

 

Debemos procurar la consagración de una manera voluntaria, Dios nos llamó para que cada día tengamos mas conocimiento de El, mas comunión, y eso depende de nuestra consagración (dedicación) a El.

 

Si yo le digo: Señor , consagra mi vida a ti, le estoy diciendo: Señor, yo rindo mi vida a ti, porque yo soy el que voy a tomar la decisión de entregarle todo mi ser, porque aunque el Señor hace un vaso de honra y otro de deshonra, el no obliga a nadie a rendirle su vida, sino que a todos aquellos a los que ya conoce les dice: Dame hijo mío tu corazón. (Pr. 23:26) 26Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.

 

Dios nos pide cantidad y calidad de rendimiento de nuestra alma dedicada a El.

 

 

 

CONCLUSIÓN

 

¿Cual será la decisión que tu vas a tomar?

 

O rindes tu vida a Dios, para consagrarte y santificarte, o lo razonas y te acobardas pensándolo y dejando pasar el tiempo mientras el enemigo avanza y no te atreves a detenerlo.

 

 

 

Sinceramente:

 

 

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Apóstol.. Guillermo A. Olguin Saucedo 

 


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