Ministerios Elohim

La Integridad del Ministro

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LA INTEGRIDAD DEL MINISTRO

 

En esta oportunidad que nos da el señor de enseñar y de aprender, hablaremos de las unidades de las que necesita proveerse una persona, que tiene un ministerio de parte de Dios, para que pueda tener un desempeño en su ministerio, y funciones especificas para lo cual el Señor lo ha llamado.

 

La prioridad de lo que se necesita para desempeñar un ministerio poderoso, que imparte con la unción del Espíritu Santo, y sea un ministro de fuego, esta en las condiciones en que se encuentra su espíritu, (condiciones espirituales).

 

  1. este debe estar sellado por el Espíritu Santo. Para que sea propiedad de Dios
  2. Engendrado por Dios. Para que sea hijo de Dios, y reconozca a su padre celestial.
  3. debe mantenerse en plena comunión con Dios.
    • Con oración, alabanza, adoración y guianza del Espíritu, en completa intimidad.
  4. Debe mantenerse lleno del Espíritu Santo.

 

El apóstol pablo decía: 2Cor. 4:16  Por tanto,  no desmayamos;  antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando,  el interior no obstante se renueva de día en día.

 

Esto es lo que yo llamo sanidad espiritual.

 

Cuando el espíritu se mantiene en paz con Dios, vive en completa paz.  Esta es la paz, en reposo que el Señor Jesucristo da cuando existe un verdadero encuentro espiritual con él. Por eso dice en quietud y en reposo esta nuestra fortaleza y nuestra salvación. Isa 30:15  Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis.

 

El espíritu de los verdaderos siervos del Señor, ministros de fuego, ministros del espíritu, siempre deben estar prestos para estar en comunión con Dios y servir a los santos, aunque la carne se canse, la carne o nuestro cuerpo físico puede muchas veces y en determinado momento convertirse en nuestro primer enemigo que nos sirva de piedra de tropiezo para no mantenernos íntegros al Señor. Por eso debe de existir sanidad espiritual, sanidad del alma, y sanidad física (corporal)

 

Todos los que no han podido ser fieles al Señor es por que ellos mismos viven desintegrados, la escritura dice: que no debemos de agradar los deseos de la carne, y que carne y sangre no pueden agradar a Dios, (no se sujeta a la ley de Dios), por eso hablo de la sanidad del cuerpo, porque nuestro cuerpo es templo del Espíritu de Dios.

 

Y el Señor nos enseña que debe de haber integridad en los ministros, 1Tesalonisences 5:23  “Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.   La escritura dice: Col 3:1  Si habéis, pues, resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 3:2  Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

 

Ya todos sabemos que nuestro espíritu recibió un engendro espiritual de parte de Dios, tenemos nuevo nacimiento espiritual,  pero nuestra alma debe de nacer de nuevo también, cuando el viejo hombre muere nace el nuevo hombre, muere la imagen del primer Adán caído y empieza a formarse la imagen del postrer (ultimo) Adán el cual es Jesucristo, este debe de integrar a todo hijo de Dios, por eso hablamos de nueva cultura, de nuestra identidad, del reino de la luz, de los hijos de luz, de nuestra personalidad, del domino de nuestro carácter, de nuestra consagración a Dios y de la santidad de Dios en nosotros teniendo parte  de la naturaleza divina de Dios.

 

CONCLUSION:

 

¿Cómo no podemos estar completos en Cristo? Pablo decía: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Y el que esta en Cristo esta completo, integro, cuando el ministro esta integrado en espíritu y alma, entonces si es posible presentar el cuerpo en sacrificio santo a Dios. 

 

El Señor Jesucristo se cansaba, pero el decía mi Padre trabaja y yo también.

 

Si el siervo del Señor no se integra el mismo, siempre tendrá un estorbo que no lo deja fluir por completo. Hebreos 10:35-39.  “Por tanto, no desechéis vuestra confianza, la cual tiene gran recompensa. 36  Porque tenéis necesidad de paciencia, para que cuando hayáis hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. 37  PORQUE DENTRO DE MUY POCO TIEMPO, EL QUE HA DE VENIR VENDRA Y NO TARDARA. 38  MAS MI JUSTO VIVIRA POR LA FE; Y SI RETROCEDE, MI ALMA NO SE COMPLACERA EN EL. 39  Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para la preservación del alma”.

 

 

 

 

ATENTAMENTE:

 

DR. Y APOSTOL: GUILLERMO A. OLGUIN SAUCEDO.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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