Ministerios Elohim

La Ley y la Gracia

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LA LEY  Y LA GRACIA.

 

GRACIA:    DON, REGALO, DADIVA INMERECIDA.

 

“Porque por gracia sois salvados por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efe 2:8).

 

 “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es un Cristo Jesús” (Rom 3:24.

 

El término gracia es empleado por los escritores bíblicos en una amplia gama de significados; la bondad, la misericordia, dádiva, favor, benevolencia.

 

La gracia es un Don inmerecido, es una dadiva, un regalo de Dios, que el que lo recibe, no lo merece. La Biblia habla de personajes que hallaron gracia delante de Dios, y que caminaron con la gracia de Dios, esto quiere decir, que vivieron con gracia.

 

Gracia también significa amor inmutable hacia otro ser, de Dios hacia nosotros, y de nosotros a otra persona. La gracia va asociada con los pactos que Dios a hecho con los humanos y resalta la actitud de fidelidad que deben observar ambas partes en un pacto; por eso Dios dice: Aunque seáis infieles, yo no puedo negarme a mí mismo, (II Tim 2:13) si vosotros sois infieles, “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; el no puede negarse asimismo”.

 

Todos sabemos que Dios siempre ha bendecido y quiere cuidar, instruir, y tener comunión con sus criaturas. No han aprendido a corresponderle por su benevolencia y su gracia, por eso la gracia, se usa en relación con la acción de un superior, humano o divino, para con un inferior. Expresa un favor inmerecido.

 

Veamos estos ejemplos sobre lo que acabo de decir: (Gen 33:8, 10, 15)  “Y Esaú dijo: ¿Qué te propones con todos estos grupos que he encontrado? Y Jacob respondió: El hallar gracia en los ojos de mi señor. Y dijo Jacob: No, yo te ruego; si he hallado gracia en tus ojos, acepta mi presente, porque he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios, pues que con tanto favor me has recibido. Y Esaú dijo; dejaré ahora contigo de la gente que viene conmigo. Y Jacob dijo: ¿Para que sea esto?, Hallé yo gracia en los ojos de mi señor”.

 

(Gen 39:4) “así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía”.

 

Y esto es el ejemplo y la enseñanza que tenemos, en ver como una persona superior a la otra puede practicar la gracia.

 

Por esta razón el Señor nos dice: De gracia recibisteis id y dad de gracia (Mat 10:8) “...de gracia recibisteis, dad de gracia. Por eso nosotros no le podemos dar gracia a Dios porque esto es un atributo que Dios le corresponde, de un fuerte a un débil, es un favor, es misericordia y el Señor nos enseña en la Santa Escritura que amemos misericordia (Miq 6:8) “OH hombre el te ha declarado los que es bueno y que pide Jehová de ti: Solamente hacer justicia y amar misericordia y humíllate ante tu Dios”.

Y a Dios no le podemos amar por misericordia ni le podemos hacer un favor, ni darle ningún don. Todo se recibe departe de El, ejemplo y enseñanza (Jer 31:2-3) “Así ha dicho Jehová: El pueblo que escapó de la espada halló gracia en el desierto, cuando Israel iba en busca de reposo. Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.

 

El tema de la gracia es un tema muy fuerte, como doctrina Dios quiere que la entendamos y sea una realidad en la vida de Dios; pues la gracia contrasta con la ley, por eso los religiosos en el tiempo de Jesús decían: ¿Qué nueva doctrina es esta? (Mar 1; 27) “Y todos se asombraron detal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen? ; ¿Por qué El no guarda la ley? Y aunque la gracia de Dios ya existía y fue manifestada a muchos, por ejemplo el Rey David vivió en la gracia. Pero fue el Señor Jesús el que trajo a la tierra la gracia de Dios, y quedó  como doctrina establecida.

 

La doctrina de los apóstoles es la doctrina de Cristo, y esta doctrina es doctrina de la gracia.

 

1.-- “de tal manera amó Dios al mundo que dio (gracia) a su Hijo unigénito...” (Jn 3:16.

2.-- “y dio dones a los hombres” (Efe 4:8.

3. -- “...y el Espíritu repartió a cada uno como él quiso” (Hech 2:4.)

 

Esto es la  gracia, recibir frutos, dones, ministerios, regalos, etc. Por eso es, que por gracia sois salvos, no por lo que hicimos sino por lo que hicieron por nosotros. La gracia es la actitud de Dios para los hombres. Ejemplo Enoc hallo gracia delante de Dios, Noe hallo gracia delante de Dios y consecuentemente nosotros los que hemos sido bendecidos por la gracia de Dios. En el libro de Tito 2:11 dice: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres”. La gracia es lo opuesto al legalismo, en Gálatas 5:4 dice: “de Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis, de la gracia habéis caído”.

 

Dios mismo ha quitado la carga de la ley por amor a su pueblo, a muchos se le ha hecho pesado el creer que no se puede obedecer y cumplir con toda la ley, como nuestro Dios no quiere que ningún hombre se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento de sus pecados (2 Ped 3:9); por eso mismo envió la gracia. Cristo es la gracia, el don de Dios, para la salvación de los salvos.

 

Ahora el Señor dice: Yo me di a ti, te entregué mi vida, dame tú tu vida (Filipenses 2:5). De gracia recibisteis, da también tu gracia. La gracia de Dios no condena, no acusa, hace todo lo contrario, da perdón, da amor, da la paciencia, y no se adelanta a juzgar.

 

La doctrina de la gracia, es la doctrina del nuevo régimen del Espíritu. Régimen quiere decir, modo de gobernarse, reglamentos o prácticas de un gobierno en general, es un conjunto de condiciones para hacer y cumplir las funciones encomendadas, y vivir bajo el régimen del Espíritu, quiere decir, bajo la guianza del Espíritu bajo la nueva ley de la Libertad (Sant 2:12) “Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la Libertad”.

 

La gracia de Dios se recibe en su hijo Jesucristo y es confirmada por la presencia del Espíritu Santo.

La doctrina de esta Iglesia, la establecemos hoy, en la gracia de Dios. Nuestra doctrina es doctrina de: Gracia, don de Dios, la misericordia de Dios. La bondad de Dios, la benevolencia  de Dios, el regalo de Dios.

 

Donde hay gracia no hay condenación, la doctrina del Espíritu Santo, donde está es Espíritu de Dios hay libertad, libertad, no libertinaje. Por eso el Espíritu Santo dice a través del Apóstol Pablo en Romanos 14:22 ¿Tienes tu fe? Tenla para contigo delante de Dios, bienaventurado el que no se condena así mismo en lo que aprueba”

 

Si tu corazón no te reprende, confianza (gracia) tienes para con tu Dios y los que te rodean. (l Jn 3:20).

 

1).- ES LA OBRA QUE HACE EL ESPIRITU DE DIOS PARA REGENERAR AL HOMBRE. ES UNA OBRA INTERNA QUE SE INICIA EN EL ESPIRITU, CONTINUA EN EL ALMA Y CONCLUYE EN EL CUERPO.

 

LEY: Es todo lo que hace el hombre para regenerar al hombre por medios externos, es decir, que se trata de hacer una obra en el ser humano del cuerpo hacia el alma.

 

GRACIA: Es la obra que hace el Espíritu de Dios para regenerar al hombre, 1 Pedro 1:3; es una obra interna que se inicia en el espíritu, continua en el alma y concluye en el cuerpo.

 

La Iglesia de Cristo no puede edificarse por métodos humanos, si no que deberá ser edificada por medio de la fe. El ayuno, la oración, los cultos, etc.; deben ser guiados por el Espíritu, si se imponen será legalismo. Los Gálatas comenzaron por el Espíritu, pero comenzaron a practicar métodos humanos terminando en la carne, (Gálatas 3:3) ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar con la carne?

 

En los pactos anteriores Dios exigía al hombre cumplir las ordenanzas de la ley externas ahora en la gracia estamos en un nuevo pacto, el trato en el que Dios trabaja con el hombre desde el espíritu humano, viniendo a tener importancia el corazón y la mente (He 10:16) “Este es el pacto que haré por ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré”.

 

A).- EL CORAZON:

En la gracia una de las cosas mas importantes, es el corazón, Dios promete cambiar el corazón; (Jer 31:33) “Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón; y  yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo” (Ez 36:26) “Os daré corazón nuevo y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne” que puede interpretarse como sentimientos e intenciones. En el antiguo pacto el Urím y Tumín se colocaban sobre el corazón y así sabían cual era la voluntad de Dios, esto es figura del corazón cambiado que espera la voluntad de Dios.

 

B.- EL CAMBIO DE MENTE:      

La mente también es importante en la gracia y Dios trata con ella a través de la renovación de la mente. Esta renovación se inicia con el arrepentimiento que es el cambio de la mente y luego continúa el proceso hasta que lleguemos a la renovación total. En el Antiguo pacto como figura de la renovación de la mente, los sacerdotes usaban mitra donde estaba escrito “Santidad a Jehová” y esta se colocaba sobre su cabeza.

 

II.- DIFERENCIA ENTRE LA LEY Y LA GRACIA: (Mat 11:1-24) (Mat 3:1-17)

 

A.- DIFERENCIA DE OPERACIONES:

 

1.- La operación de la gracia: (Mat 11:1-24) “Y al oír Juan en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos, para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir o esperaremos a otro? Respondiendo Jesús le dijo: Id y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio, y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mi”.

 

Cuando Juan el Bautista envía a preguntar al Señor si era él o esperarían a otro, el Señor respondió: Los ciegos ven: Se refiere al ministerio de maestro el cual abre los ojos.

 

LOS COJOS ANDAN: Ministerio de pastor el cual enseña a caminar a los que están en el camino

 

LOS LEPROSOS SON LIMPIADOS: Ministerio profético que señala el pecado para que haya arrepentimiento.

 

LOS MUERTOS SON RESUCITADOS: Ministerio apostólico quien con la doctrina revelada trae vida.

 

A LOS POBRES ES ANUNCIADO EL EVANGELIO: Ministerio evangelístico quien llevará la buena nueva a los pobres de espíritu.

 

Con esto, el Señor le mandó a de decir a Juan que la operación del Padre había cambiado y que ahora verías a los cinco ministerios a través del Espíritu Santo, los que Él usaría para regenerar al hombre, por eso agrega en Mateo 11:16 que en este nuevo trabajo será bienaventurado el que no se escandaliza de él.

 

2.- LA OPERACIÓN DE LA LEY: (Mat 3:9-17)

VERSÍCULO 9: La Ley era capaz de juzgar al pueblo y eliminarlo y dar lugar a un nuevo pueblo. A diferencia de la gracia donde Dios da oportunidades, el que comenzó la obra es capaz de terminarla (Fil 1:16) “Estando persuadido de esto, que él comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.

 

VERSÍCULO 11 Y 12: La Ley solo lleva al arrepentimiento, la gracia es una operación mayor que va mas haya del arrepentimiento.

 

VERSÍCULO 17: Solo a través de la gracia vamos a ser probados por Dios porque se va a complacer en nosotros.

 

B.- DIFERENCIA DE FUNCIONES. (Mat 11:7-10)

“Mientras ellos se iban comenzó Jesús a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿O que salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? En las casas de los reyes están. Pero ¿Qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Si, os digo, y mas que profeta. Porque este es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti”

 

En estos versículos de Juan el Bautista solamente era un mensajero anunciando arrepentimiento, el Señor Jesús era la salvación misma.

 

Mateo 3:4 “Y Juan estaba vestido de pelo de camello y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida eran langostas y miel silvestre” La Ley restringe el vestido y la comida, estos objetivos de la Ley se vuelven arreglos externos si primero no opera en el interior del hombre.

 

Mateo 3:7 “Al ver el que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? La Ley restringe la misericordia de Dios, Juan el Bautista les llamaba generación de víboras a los fariseos y les preguntaba: ¿Quién les enseñó a huir de la ira de Dios? Donde hay Ley no Hay misericordia.

 

C.- DIFERENCIA DE POSICIÓN:

Mateo 11:11 “De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan del Bautista; pero el mas pequeño en el Reino de los cielos mayor es que este”. De los nacidos de mujer no se había levantado otro mayor que Juan el Bautista, sin embargo, el que se sujeta al Espíritu es mayor que el, es decir, el que llega a formar parte de la Iglesia de Cristo está en una posición mas alta que los que estuvieron en la Ley.

 

D.- DIFERENCIA DE SANTIDADES:

Mateo 11:8 “Porque vino Juan que ni comía ni bebía y dice: Demonio tiene” Juan el Bautista se abstenía de todo para no contaminarse, vivía aislado de la sociedad:

 

Mateo 11:19 “Vino el Hijo del Hombre que come y bebe, y dice: He aquí un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publícanos y de pecadores. Pero la sabiduría es justificada por sus hijos” El Señor Jesucristo manifestaba la santidad en todos sus actos sin contaminarse y sin hacer lo que Juan hacía.

 

E.- DIFERENCIA DE CASTIGOS:

Mateo 11:20-24 “Entonces comenzó a reconvenir a las ciudades de las cuales había hecho muchos de sus milagros, porque no se habían arrepentido diciéndose, ¡Hay de ti Corazín! ¡Hay de ti Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hacho los milagros que han sido hechos en vosotros, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza, por tanto os digo que en Capernaún que es levantada hasta el cielo, hasta el Hades será abatida; porque se en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechas en ti, habría permanecido hasta el día de hoy, por tanto os digo que en el día de juicio será mas tolerable para la tierra de Sodoma, que para ti”.

 

Habrá diferencia de juicios porque al que está en la gracia se le ha dado mas, entonces mas se le demandará, y al que se le de meno, menos se le demandará (Lc 12:48) “Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; por lo que a todo aquel a quien se le hay dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, mas se le pedirá”.

ENSEÑANZA PARA ENTENDER MAS SOBRE LA GRACIA

 

                            LA LEY

                                LA  GRACIA

IMPONE ESTANDAR DE ACUERDO CON LA SANTIDAD DE DIOS CON EL PROPÓSITO DE REVELAR AL HOMBRE SU PECADO.

IMPRIME LA VIDA DIVINA CON BENEVOLENCIA CON EL PROPÓSITO DE COMPARTIR LA NATURALEZA DIVINA Y HABILITAR EL PLAN DE DIOS EN EL HOMBRE.

DADA POR MEDIO DE MOISÉS (JUAN 1:17)

LA VERDAD Y GRACIA VINO POR MEDIO DE JESUS

NOS PROHIBE VENIR A DIOS (EXODO 19:10.25, HEBREOS 12:18-24)

NOS INVITA A VENIR ASI COMO ESTAMOS(JUAN 6:37, MATEO 11:28-30)

CONDENA AL PECADOS (ROMANOS 7:9-11)

REDIME AL PECADOR (1 PEDRO 1:18-19, EFESIOS 1:7)

MATA CON LA MALDICIÓN (GENESIS 3:14-19)

NOS LEVANTA CON BENDICIOES (EFESIOS 1:2-3, 2:1)

CIERRA TODA BOCA (ROMANOS 3:19)

HABRE TODA VOCA CON ALABANZA A DIOS

DICE “HAZ ESTO O MUERE” (ROMANOS 10-5)

DICE “YA ESTA HECHO, AHORA VIVE” (ROMANOS 10:1-6)

CONDENA AL HOMBRE (ROMANOS 3:20)

JUSTIFICA AL HOMBRE MAS MALVADO (ROMANOS 3:24)

DICE, “PAGA LO QUE DEBES” (ROMANOS 4:4)

DICE “ESTA PAGADO POR COMPLETO” (ROMANOS 4:5, JUAN 19:50)

DISPONE LAS BASES DE INPUTAR EL PECADO (ROMANOS 4:5)

DISPONE LAS BASES PARA IMPARTIR JUSTICIA

DICE, “LA PAGA DEL PECADO ES MUERTE” (ROMANOS 6:23)

DICE, “EL DON DE DIOS ES VIDA ETERNA”

DICE EL ALMA  QUE PECA MORIRA (EZEQUIEL 18:4)

DICE, “SOLAMENTE CREE Y VIVIRAS” (ROMANOS 4:3)

 REVELA EL PECADO DEL HOMBRE (ROMANOS 7:7)

REVELA EL AMOR DE DIOS (ROMANOS 5:6-8)

NOS OTORGA EL CONOCIMIENTO DEL PECADO (ROMANOS 3:20)

NOS OTORGA EL CONOCIMIENTO DE LA REDENCIÓN (EFESIOS 3:1-12)

DEMANDA OBEDECER (NO HAGAS ESTO)

NOS DA LA FUERZA / PODER PARA OBEDECER (EZEQUIEL 36:27)

GRABADAS SOBRE LAS TABLAS (EXODO 32, 15-16)

GRABADA EN EL CORAZON (2 CORINTIOS 3:3, HEBREOS 10:16-17)

NOS TRAE EL YUGO DE ESCLAVITUD 

NOS DA LIBERTAD (2 CORINTIOS 3:17)

PRODUCE TEMOR

PRODUCE FE

TERMINO EN EL CALVARIO (ROMANOS 10:4, 2 CORINTIOS 3:7)

PERMANECE POR SIEMPRE (2 CORINTIOS 3:11)

 

Jesucristo es el mediador de un pacto tanto mejor, establecido sobre mejores promesas...porque reprendiéndolos dice: He aquí viene día, dice el Señor en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto...pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mi por pueblo (Hebreos 8:6, 8, 10).

 

 

 

 

COMPARACION ENTRE LA LEY Y LA GRACIA

 

Hay dos versículos que arrojan una luz tal sobre este tema que nos vemos obligados a citarlos en seguida:

 

“Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo” (Juan 1:17).

 

“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:14).

 

El primer versículo nos muestra el gran cambio dispensacional que tuvo lugar con la venida de Cristo. El segundo, nos muestra el resultado de ese cambio en lo que concierne al creyente. Bajo el nuevo régimen, el creyente obtiene libertad de la esclavitud del pecado.

 

En un sentido, la ley y la gracia son similares. Ambas nos presentan una norma muy elevada; aunque en esto la segunda sobrepasa a la primera. En todo otro respecto, la ley y la gracia son diametralmente opuestas.

 

La ley de Moisés fue dada en el monte de Sinaí (Éxodo 19 y 20). Dios entonces —quien apenas era conocido, por cuanto habitaba en densas tinieblas— estableció explícitamente Sus justas y santas demandas. Si los hombres obedecían, serían bendecidos; si desobedecían caían bajo la solemne maldición de la ley (Gálatas 3:10). La ley, de hecho, fue quebrantada, y la maldición merecida antes del tiempo en que las tablas de piedra alcanzasen al pueblo (Éxodo 32). El capítulo siguiente nos dice cómo Dios trató en gracia con ellos. Bajo la ley no mitigada por la gracia, ellos debían haber perecido de inmediato.

 

La gracia, por otro lado, significa que Dios se ha revelado plenamente a nosotros en su Hijo, y todas sus justas y santas demandas han sido satisfechas en la muerte y resurrección de Cristo, de modo que la bendición está abierta a todos. A todos los que creen se les otorga el perdón de pecados y el don del Espíritu Santo, de modo que hay poder para conformarlos a la norma, la cual, bajo la gracia, es nada menos que Cristo mismo.

 

La misma esencia de la ley es, pues, demanda; mientras que la esencia de la gracia es provisión.

 

Bajo la ley, Dios, por decirlo así, se presenta ante nosotros diciendo: « ¡Dame, ríndeme tu amor y tu debida obediencia!». Bajo la gracia, en cambio, Él se presenta con las manos totalmente extendidas diciendo: « ¡Toma, recibe mi amor y mi poder salvador!»

 

La ley dice «Haz y vive»; la gracia dice «Vive y haz».

 

Ahora los creyentes, como lo hemos visto, no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia. Veamos cómo sucedió esto. Leamos Gálatas 4:4-5:

 

“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.”

 

Lo que produjo el cambio es, en una palabra, la redención. Pero eso  implicó la muerte del Redentor. Él debió ser hecho maldición por nosotros muriendo en el madero (Gálatas 3:13). Por tal razón el creyente está facultado a considerarse como “muerto a la ley” (Romanos 7:4). Él murió en la muerte de su Representante, el Señor Jesucristo. La ley no murió; por el contrario, nunca su majestad fue tenida más en alto que cuando Jesús murió bajo su maldición. Dos cosas, no obstante, sucedieron. Primero, una vez que la ley fue magnificada y su maldición llevada, Dios suspendió su ira y proclamó la gracia a toda la humanidad. En segundo lugar, el creyente murió a la ley en la Persona de su gran Representante. Él, para usar el lenguaje de la Escritura, murió para ser “de otro, del que resucitó de los muertos” (Romanos 7:4), es decir, él está ahora bajo el control de otro Poder, y ese poder radica en una Persona: en el Hijo de Dios resucitado.

 

Con estas dos cosas se relacionan dos grandes hechos:

 

Primero, la ley no es el fundamento de la justificación del pecador. Él es justificado por gracia, por la sangre de Cristo, por fe. Esto se encuentra detalladamente explicado en los capítulos 3 y 4 de la epístola a los Romanos. Segundo, la ley no es la regla de vida para el creyente. Cristo es su regla de vida. Nuestros vínculos son con Cristo y no con la ley, tal como lo hemos visto (Romanos 7:4). Esto se halla perfectamente demostrado en los capítulos 3 y 4 de la Epístola a los Gálatas.

 

Los cristianos gálatas habían comenzado bien. Fueron convertidos bajo la predicación del Evangelio de la gracia de Dios mediante el apóstol Pablo. Luego vinieron los dañinos judaizantes —quienes eran “celosos por la ley”— y enseñaron la circuncisión y a guardar la ley. Los gálatas cayeron precisamente en esta trampa.

 

La respuesta de Pablo es virtualmente ésta: que la ley fue un sistema provisorio (Gálatas 3:17), añadido para poner de manifiesto las transgresiones de Israel (v. 19), y para actuar como ayo “hasta Cristo” (v. 24), como debiera traducirse. Una vez que vino Cristo, que la redención se cumplió, y que el Espíritu fue dado, el creyente deja la posición de niño menor de edad, o la de siervo, para venir a ser hijo de la casa divina, siendo así puesto en la libertad de la gracia (Gálatas 4:1-7).

 

Puesto que la plataforma de la gracia, sobre la cual hemos sido emplazados, es mucho más elevada que la ley, a la que hemos abandonado, volver atrás, aunque sea sólo en pensamiento, de la una a la otra, es caer. “De la gracia habéis caído” es lo que les dice el apóstol a quienes hacen esto (Gálatas 5:4).

 

La parábola del hijo pródigo ilustra este punto. Su pensamiento más alto no se elevaba por encima de la ley cuando dijo: “Hazme como a uno de tus jornaleros” (Lucas 15:19). Sin embargo, fue recibido en plena gracia, y, una vez dentro, le fue dado el lugar de hijo. Supóngase, no obstante, que unos días después, con el argumento de querer conservar los afectos del padre así como el lugar y los privilegios tan libremente otorgados, él comienza a trabajar como un sirviente de la casa, conformándose rígidamente a las leyes que deben cumplir los criados domésticos; ¿qué pasaría entonces? Él así habría “caído de la gracia”, y habría afligido tristemente el corazón de su padre, ya que ello hubiera sido equivalente a un voto de «desconfianza» en él.

 

¡Qué importante es, pues, para nosotros, “tener el corazón afirmado con la gracia”! (Hebreos 13:9).

 

 ¿Qué podemos decir de la idea de que la gracia vino con el objeto de ayudarnos a guardar la ley, de modo que vayamos al cielo de esa manera?

 

Sencillamente que esto es totalmente opuesto a la Escritura. En primer lugar, la idea de que guardar la ley faculta a una persona a ir al cielo es una falacia. Cuando el intérprete de la ley le preguntó al Señor: “Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?”, él fue referido a la ley y, después de haber dado un correcto resumen de sus demandas, Jesús respondió: “Bien has respondido; haz esto, y vivirás” (Lucas 10:25-28). No se dice ni una palabra acerca de ir al cielo. La vida sobre la tierra es la recompensa por guardar la ley.

 

En segundo lugar, la gracia fue introducida, no para ayudarnos a guardar la ley, sino para traernos salvación de su maldición por Otro que llevó esta última por nosotros. El capítulo 3 de Gálatas nos muestra esto muy claramente.

 

Si se requiere no obstante una confirmación adicional, léase Romanos capítulo 3, y nótese que cuando la ley ha declarado culpable a un hombre y ha hecho cerrar su boca (v. 9-19), la gracia, a través de la justicia, justifica “sin la ley” (v. 20-24).

 

Léase también 1Timoteo. La ley fue hecha para condenar a los impíos (v. 9-10). El evangelio de la gracia presenta a Cristo Jesús quien “vino al mundo para salvar a los pecadores” (v. 15), y no, nótese bien, a ayudar a los pecadores a guardar la ley para que así puedan salvarse a sí mismos.

 

Si la ley no fue dada para que la guardemos y seamos así justificados, ¿para qué entonces fue dada?

 

Dejemos que la Escritura misma conteste:

 

  • “Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice… para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios” (Romanos 3:19).
  • “Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase” (Romanos 5:20).
  • “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones” (Gálatas 3:19).

La ley, como toda otra institución de Dios, logró significativamente su propósito. Fue perfectamente capaz de declarar culpable y cerrar la boca del religioso más obstinado y presuntuoso. Sólo la gracia lo puede salvar.

 

¿Ha puesto a un lado la gracia entonces a la ley, y la ha anulado para siempre?

 

La gracia, personificada en Jesús, ha llevado la maldición de la ley quebrantada, redimiendo así de su maldición a todos los que creen (Gálatas 3:13).

 

Además, nos ha redimido de estar bajo la ley misma, y ha puesto todas nuestras relaciones con Dios sobre una plataforma totalmente nueva (Gálatas 4:4-6).

 

Ahora bien, si el creyente ya no está más bajo la ley, sino bajo la gracia, no debemos suponer que la ley misma es anulada ni puesta de lado. Su majestad nunca fue más tenida en alto que cuando Aquel justo sufrió como Sustituto bajo su maldición, y multitudes retrocederán de terror ante su acusación en el día del juicio (Romanos 2:12).

 

¿Qué daño se produce en un cristiano que adopta la ley como regla de vida?

 

Un gran daño. Al hacerlo, el cristiano “cae de la gracia” (Gálatas 5:4), porque la gracia no sólo lo salva, sino que también le enseña (Tito 2:11-14). Por que la ley condena.

 

Al vivir guardando la ley, el cristiano rebaja la norma divina. Cristo, y no la ley, es la norma del creyente. Éste además se apodera así de un poder de motivación erróneo. Uno por recelo puede intentar, aunque insatisfactoriamente, guardar la ley, y tratar de regular el poder de la “carne” dentro de sí. Pero el Espíritu Santo es el poder que controla la carne y que conforma al creyente a Cristo (Gálatas 5:16-18).

 

Por último, él hace violencia a las relaciones en que está por la gracia de Dios. Aun cuando es un hijo en la libertad de la casa y del corazón del Padre, ¡él insiste en ponerse bajo el código de reglas formulado para hacerse cumplir en el recinto de los domésticos!

 

¿No hay nada de malo en todo esto? Creemos que sí.

 

Si se enseñara que el cristiano no está bajo la ley, ¿no conduciría eso a todo tipo de males?

 

Lo haría en el caso de que una persona profesara ser cristiana sin haber nacido de nuevo, o mostrara arrepentimiento, sin estar bajo la influencia de la gracia y sin haber recibido el don del Espíritu Santo.

 

Puesto que nadie es cristiano sin estas características, el caso toma un matiz diferente, y razonar de la manera sugerida no hace más que poner de manifiesto una deplorable ignorancia de la verdad del Evangelio.

El argumento se reduce simplemente a esto: que la única manera de que los cristianos pueden vivir vidas santas es guardando la ley, como si ellos tuviesen tan sólo una especie de naturaleza puerca, y la única manera de guardarlos fuera del fango fuese con palos. La verdad es que aunque la carne está todavía en el creyente, él también tiene la nueva naturaleza, y con ella Dios lo identifica. El creyente tiene el Espíritu de Cristo como guía, y de ahí que pueda ser puesto con seguridad bajo la gracia; porque después de todo es la gracia la que domina.

 

Si la gente quiere contender con esto, su contienda es contra la Escritura citada al principio.

 

“El pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:14).

 

Hombres inconversos pueden tratar de hacer uso de la gracia como excusa para el mal, pero ésa no es ninguna razón para negar la verdad declarada en ese versículo. ¿Qué verdad hay en la Biblia de la que los hombres perversos no hayan cometido abusos?

 

¿Indica la Escritura la manera en que la gracia mantiene al creyente en orden, a fin de que pueda vivir una vida que agrade a Dios?

 

Efectivamente. Tito 2:11-15 nos proporciona la respuesta:

 

“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.”

 

En el cristianismo la gracia no solamente salva, sino que además enseña; y ¡qué maestro efectivo resulta ser! Ella no llena nuestras cabezas de frías reglas y reglamentos, sino que somete nuestros corazones bajo la influencia del amor de Dios. Aprendemos lo que agrada a Dios tal como se ve manifestado en Jesús. Y, al tener el Espíritu Santo, comenzamos a vivir una vida sobria, justa y piadosa.

 

Hay una gran diferencia entre los hijos de una familia mantenidos en orden por temor al azote a causa de su mala conducta, y aquellos que viven en un hogar donde reina el amor. El orden puede reinar en el primer caso, pero terminará en una gran explosión antes que los niños entren en años. En el segundo caso, no sólo hay obediencia, sino también una respuesta gozosa a los deseos del padre, fruto de los correspondientes afectos.

 

Dios gobierna a sus hijos sobre la base del principio del amor, y no sobre el principio del castigo con la vara.

 

¡Que vivamos nuestras vidas cristianas con la feliz conciencia de esto!


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